J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
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J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
“ EL GUARDIAN ENTRE EL CENTENO”
EL libro
comienza presentándonos a Holden Caulfield, un chico de 16 años que se
encuentra en un colegio interno pasando sus últimos días, ya que ha
sido expulsado debido a sus malos resultados académicos. Desquiciado de
todo, decide salir antes de tiempo. Llega a Nueva York algunos días
antes de su llegada oficial, así que para que no se enteren sus padres
no le queda mas remedio que deambular por la ciudad entre hoteles,
clubes nocturnos, borracheras etc. corre todo tipo de anécdotas más
malas que buenas, llegando a situaciones de auténtica locura. Holden
acaba harto de todo, medio loco y termina en una especie de manicomio
desde donde escribe la historia. Refiriéndose a estructura
externa, el libro esta dividido en 26 capítulos, y en cuanto a la
estructura interna, la acción se desarrolla de forma circular, empieza
y acaba en el manicomio. La acción se nos presenta dada
mediante un narrador subjetivo, ya que es el personaje principal,
Holden Caulfield el que nos cuenta su propia historia. Así pues, la
subjetividad es total, según le caigan al narrador, los personajes van
a ser buenos o malos, los maneja a su total antojo. Curiosamente, la
gran mayoría de los personajes son malos. Ejemplos totales de
degradaciones totales sobre personajes son las siguientes citas
textuales: “Había cortado el paso por ese pasillo, pero se
le notaba que era de las que les gusta bloquear el tráfico. Había un
camarero esperando a que se apartara pero ella no se dio ni cuenta. Se
notaba que al camarero le caía gorda, que al oficial de marina le caía
gorda, que a mí me caía gorda, a todos. En el fondo daba un poco de
lástima”
Así pues, la realidad queda manipulada, no
quedándole mas remedio al lector que creerla y odiar a la mayoría de
los personajes, al igual que el protagonista-narrador, resaltando sobre
todo los valores negativos de cada uno, tales como falsedad,
prepotencia, chulería, etc, y haciendo ver al lector que en el fondo
todos somos malos, al igual que nuestra sociedad. Son muchos los
personajes que con sus características nos recuerdan a gente conocida.
Así, Holden va acumulando odio hasta prácticamente enloquecer. Empieza por sus compañeros de cuarto, Ackley y Stradlater. Ackley es un
chico raro y marginado al cual está continuamente degradando y
haciéndole despreciable. Stradlater es el “típico chulo” que solamente
mira por su interés, y al que según Holden todo el mundo excepto él,
que le conoce bien, le admira. Así lo expresa en la siguiente cita
textual:
“Siempre estaba pidiendo favores a todo el
mundo. Todos esos tíos que se creen muy guapos o muy importantes son
iguales. Como se consideran el no va mas, piensan que todos les
admiramos muchísimo y que nos morimos por hacer algo por ellos. En
cierto modo tiene gracia” Una vez que sale del
colegio, sigue criticando. A los taxistas, a la gente de la calle, a la
gente famosa que actúa en clubes a los que él va, y a todo el mundo en
general. De sus feroces críticas poca gente se salva, tan solo
unas monjas y su familiares, sobre todo sus hermanos menores (uno
fallecido) Lo que le pasa a Holden es que poco a poco ha ido
perdiendo la ilusión de la vida, la ilusión de esperar que todo tenga
una finalidad conveniente, de lograr los objetivos que se marcan
luchando por ellos. Esa ilusión que tiene todo el mundo cuando
se encuentra en estado normal. Esa ilusión se pierde cuando llegan los
momentos malos, y eso es lo que le ha pasado a Holden, que ha llegado a
un estado en el que todo le da igual llegando a odiar a todas las
personas, buenas o malas, que intentan vivir la vida. Si no viese todo
desde un punto de vista tan pesimista, no se habría parado a pensar en
los demás y habría sido más egoísta, pensando mas en él mismo, ya que
la sociedad en la que vivimos nos incita a ser egoístas y competitivos
los unos contra los otros. A veces se comprueba que cuanto menos se
preocupa una persona por los demás, incluso despreciándoles, por
contradictorio que parezca, mejor le va y más admirado es. La gente que
admira en exceso a otros, los comúnmente denominados “perritos
falderos” no acaban bien. En esta sociedad tan competitiva,
los más débiles sucumben, y ese es el caso de Holden, que, harto de
luchar contra los demás acaba desilusionado, hundido y viendo ridículas
muchas actuaciones y comportamientos de gente normal. En la
vida hay ciertas normas que hay que cumplir, las cuales Holden no
respeta. Eso es lo que le dice un profesor suyo cuando se entera de su
expulsión: “La vida es una partida, muchacho. La vida es una partida y hay que vivirla de acuerdo a las normas del juego”
Ante esta afirmación, Holden contesta para sus adentros:
“De
partida un cuerno. Menuda partida.Si te toca del lado de los que cortan
el bacalao, desde luego que es una partida, eso lo reconozco. Pero si
te toca del otro lado, no veo donde esta la partida.” Esa
es su forma de pensar y de enfrentarse a la vida: ninguna. Lo que no se
ha parado a pensar Holden es que la gran mayoría de la gente (excepto
los que nacen con la vida ya resuelta, que son una minoría
¿afortunada?) tienen que esforzarse por alcanzar si no el lado, una
parte cercana de los que “ parten el bacalao” y que rindiéndose y
quedándose quieto, se quedará en la parte de los “sometidos”. Esas son
las reglas del juego de la vida: hay que luchar para conseguir las
cosas, la vida no es un camino de rosas y nadie regala nada. Si el personaje leyera todo esto, seguramente me odiaría a muerte, pero hay veces que la verdad duele y es difícil de asimilar. Casi al final del libro, le dan tentaciones de adoptar una solución
fácil: huir de todo y pasar de enfrentarse a los problemas. Es una
solución cobarde aunque No es mala del todo, simplemente es utópica.
Así le propone a una ex-novia suya un día que decide volver a quedar
con ella: “(...)Oye, ¿qué te parece si nos fuéramos de
aquí? Te diré lo que se me ha ocurrido. Tengo un amigo en Greenwich
Village que nos prestaría un coche (...) Mañana por la mañana podríamos
ir a Massachussets, y a Vermont, y todos esos sitios de por ahí (...)
viviremos en cabañas y sitios así hasta que se nos acabe el dinero.
Luego buscaré trabajo en alguna parte y viviremos cerca de un río. Nos
casaremos y en el invierno yo cortaré leña y todo eso (...)” Como se ve, es una solución fantasiosa e imposible que demuestra que el
pobre Holden, debido a la desesperación empieza a no estar ya en sus
cabales. Hay personajes a los que la situación de Holden les
preocupa, como el señor Antolini, que le dice lo que le pasará como
siga así: “Esta caída que te anuncio es de un tipo muy
especial(...) Es la clase de caída que acecha a los hombres que en
algún momento de su vida han buscado en su entorno algo que éste no
podía proporcionarles, o al menos así lo creyeron ellos. En todo caso dejaron de buscar. De hecho abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera” Es
una afirmación soberbia, que da justo en el clavo con el problema de
Holden, que cree no encontrar lo que busca, porque no se ha adaptado a
la vida. Pero ésta charla no parece afectarle mucho a Holden,
que abandona la casa del señor Antolini, en la que se encontraba
durmiendo hasta despertarse sobresaltado a media noche y descubrir que
el señor Antolini le estaba rascando la cabeza e interpretar el acto
como homosexual. Una vez que sale de la casa y vuelve a deambular por Nueva York, el protagonista sufre auténticos ataques de locura: “De
pronto empezó a pasarme una cosa horrible. Cada vez que iba a cruzar
una calle y bajaba el bordillo de la acera, me entraba la sensación de
que no iba a llegar al otro lado. Me parecía que iba a hundirme,
hundirme, y que nadie volvería verme jamás(...) Empecé a sudar como un
condenado hasta que se me empapo toda la camisa y la ropa interior y
todo)” En esta situación el personaje hace sentir
compasión sobre el lector, es una escena realmente penosa y triste, ver
como un chico de 16 años ha enloquecido por ser débil ante la sociedad. El
libro termina en un parque en el que hay un tiovivo, donde viendo a su
hermana menor Phoebe tan feliz, parece que se le pasa un poco la locura
y las ganas de irse en busca de aventuras. Finalmente, nos dice que
acabó en una especie de sanatorio mental, un conmovedor final. Me parece un libro extremadamente realista, tanto que no puedo creer
que sea una historia ficticia creada por su autor, J.D. Sallinger, sino
que creo que el autor es el personaje de Holden. Personalmente, el personaje de Holden me cae muy bien, comparte conmigo
muchos pensamientos, odia gente y actitudes que yo también odio, y me
ha recordado situaciones, que sin haber llegado a ser tan extremas como
las suyas, yo también he vivido. Además me encanta la forma que tiene
para dejar a alguien por los suelos así como numerosas afirmaciones,
cabiendo destacar una que me llamó la atención y con la que estoy
totalmente de acuerdo:
“Lo malo de las chicas es que si un
tío les gusta, por muy cabrón que sea te dicen que tiene complejo de
inferioridad, y si no les gusta, ya puede ser buena persona y creerse
lo peor del universo, que le considerarán un creído. Hasta las más
inteligentes, en eso son iguales. Finalmente, como opinión
personal, el libro me ha gustado mucho, es mi preferido de todos los
que he leído hasta el momento, y como conclusión he sacado que la vida
es una lucha continua entre unos y otros, y que además de lucha, hay
otras ciertas reglas que, o se cumplen o se acabará tan mal como el
pobre Holden.
EL libro
comienza presentándonos a Holden Caulfield, un chico de 16 años que se
encuentra en un colegio interno pasando sus últimos días, ya que ha
sido expulsado debido a sus malos resultados académicos. Desquiciado de
todo, decide salir antes de tiempo. Llega a Nueva York algunos días
antes de su llegada oficial, así que para que no se enteren sus padres
no le queda mas remedio que deambular por la ciudad entre hoteles,
clubes nocturnos, borracheras etc. corre todo tipo de anécdotas más
malas que buenas, llegando a situaciones de auténtica locura. Holden
acaba harto de todo, medio loco y termina en una especie de manicomio
desde donde escribe la historia. Refiriéndose a estructura
externa, el libro esta dividido en 26 capítulos, y en cuanto a la
estructura interna, la acción se desarrolla de forma circular, empieza
y acaba en el manicomio. La acción se nos presenta dada
mediante un narrador subjetivo, ya que es el personaje principal,
Holden Caulfield el que nos cuenta su propia historia. Así pues, la
subjetividad es total, según le caigan al narrador, los personajes van
a ser buenos o malos, los maneja a su total antojo. Curiosamente, la
gran mayoría de los personajes son malos. Ejemplos totales de
degradaciones totales sobre personajes son las siguientes citas
textuales: “Había cortado el paso por ese pasillo, pero se
le notaba que era de las que les gusta bloquear el tráfico. Había un
camarero esperando a que se apartara pero ella no se dio ni cuenta. Se
notaba que al camarero le caía gorda, que al oficial de marina le caía
gorda, que a mí me caía gorda, a todos. En el fondo daba un poco de
lástima”
Así pues, la realidad queda manipulada, no
quedándole mas remedio al lector que creerla y odiar a la mayoría de
los personajes, al igual que el protagonista-narrador, resaltando sobre
todo los valores negativos de cada uno, tales como falsedad,
prepotencia, chulería, etc, y haciendo ver al lector que en el fondo
todos somos malos, al igual que nuestra sociedad. Son muchos los
personajes que con sus características nos recuerdan a gente conocida.
Así, Holden va acumulando odio hasta prácticamente enloquecer. Empieza por sus compañeros de cuarto, Ackley y Stradlater. Ackley es un
chico raro y marginado al cual está continuamente degradando y
haciéndole despreciable. Stradlater es el “típico chulo” que solamente
mira por su interés, y al que según Holden todo el mundo excepto él,
que le conoce bien, le admira. Así lo expresa en la siguiente cita
textual:
“Siempre estaba pidiendo favores a todo el
mundo. Todos esos tíos que se creen muy guapos o muy importantes son
iguales. Como se consideran el no va mas, piensan que todos les
admiramos muchísimo y que nos morimos por hacer algo por ellos. En
cierto modo tiene gracia” Una vez que sale del
colegio, sigue criticando. A los taxistas, a la gente de la calle, a la
gente famosa que actúa en clubes a los que él va, y a todo el mundo en
general. De sus feroces críticas poca gente se salva, tan solo
unas monjas y su familiares, sobre todo sus hermanos menores (uno
fallecido) Lo que le pasa a Holden es que poco a poco ha ido
perdiendo la ilusión de la vida, la ilusión de esperar que todo tenga
una finalidad conveniente, de lograr los objetivos que se marcan
luchando por ellos. Esa ilusión que tiene todo el mundo cuando
se encuentra en estado normal. Esa ilusión se pierde cuando llegan los
momentos malos, y eso es lo que le ha pasado a Holden, que ha llegado a
un estado en el que todo le da igual llegando a odiar a todas las
personas, buenas o malas, que intentan vivir la vida. Si no viese todo
desde un punto de vista tan pesimista, no se habría parado a pensar en
los demás y habría sido más egoísta, pensando mas en él mismo, ya que
la sociedad en la que vivimos nos incita a ser egoístas y competitivos
los unos contra los otros. A veces se comprueba que cuanto menos se
preocupa una persona por los demás, incluso despreciándoles, por
contradictorio que parezca, mejor le va y más admirado es. La gente que
admira en exceso a otros, los comúnmente denominados “perritos
falderos” no acaban bien. En esta sociedad tan competitiva,
los más débiles sucumben, y ese es el caso de Holden, que, harto de
luchar contra los demás acaba desilusionado, hundido y viendo ridículas
muchas actuaciones y comportamientos de gente normal. En la
vida hay ciertas normas que hay que cumplir, las cuales Holden no
respeta. Eso es lo que le dice un profesor suyo cuando se entera de su
expulsión: “La vida es una partida, muchacho. La vida es una partida y hay que vivirla de acuerdo a las normas del juego”
Ante esta afirmación, Holden contesta para sus adentros:
“De
partida un cuerno. Menuda partida.Si te toca del lado de los que cortan
el bacalao, desde luego que es una partida, eso lo reconozco. Pero si
te toca del otro lado, no veo donde esta la partida.” Esa
es su forma de pensar y de enfrentarse a la vida: ninguna. Lo que no se
ha parado a pensar Holden es que la gran mayoría de la gente (excepto
los que nacen con la vida ya resuelta, que son una minoría
¿afortunada?) tienen que esforzarse por alcanzar si no el lado, una
parte cercana de los que “ parten el bacalao” y que rindiéndose y
quedándose quieto, se quedará en la parte de los “sometidos”. Esas son
las reglas del juego de la vida: hay que luchar para conseguir las
cosas, la vida no es un camino de rosas y nadie regala nada. Si el personaje leyera todo esto, seguramente me odiaría a muerte, pero hay veces que la verdad duele y es difícil de asimilar. Casi al final del libro, le dan tentaciones de adoptar una solución
fácil: huir de todo y pasar de enfrentarse a los problemas. Es una
solución cobarde aunque No es mala del todo, simplemente es utópica.
Así le propone a una ex-novia suya un día que decide volver a quedar
con ella: “(...)Oye, ¿qué te parece si nos fuéramos de
aquí? Te diré lo que se me ha ocurrido. Tengo un amigo en Greenwich
Village que nos prestaría un coche (...) Mañana por la mañana podríamos
ir a Massachussets, y a Vermont, y todos esos sitios de por ahí (...)
viviremos en cabañas y sitios así hasta que se nos acabe el dinero.
Luego buscaré trabajo en alguna parte y viviremos cerca de un río. Nos
casaremos y en el invierno yo cortaré leña y todo eso (...)” Como se ve, es una solución fantasiosa e imposible que demuestra que el
pobre Holden, debido a la desesperación empieza a no estar ya en sus
cabales. Hay personajes a los que la situación de Holden les
preocupa, como el señor Antolini, que le dice lo que le pasará como
siga así: “Esta caída que te anuncio es de un tipo muy
especial(...) Es la clase de caída que acecha a los hombres que en
algún momento de su vida han buscado en su entorno algo que éste no
podía proporcionarles, o al menos así lo creyeron ellos. En todo caso dejaron de buscar. De hecho abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera” Es
una afirmación soberbia, que da justo en el clavo con el problema de
Holden, que cree no encontrar lo que busca, porque no se ha adaptado a
la vida. Pero ésta charla no parece afectarle mucho a Holden,
que abandona la casa del señor Antolini, en la que se encontraba
durmiendo hasta despertarse sobresaltado a media noche y descubrir que
el señor Antolini le estaba rascando la cabeza e interpretar el acto
como homosexual. Una vez que sale de la casa y vuelve a deambular por Nueva York, el protagonista sufre auténticos ataques de locura: “De
pronto empezó a pasarme una cosa horrible. Cada vez que iba a cruzar
una calle y bajaba el bordillo de la acera, me entraba la sensación de
que no iba a llegar al otro lado. Me parecía que iba a hundirme,
hundirme, y que nadie volvería verme jamás(...) Empecé a sudar como un
condenado hasta que se me empapo toda la camisa y la ropa interior y
todo)” En esta situación el personaje hace sentir
compasión sobre el lector, es una escena realmente penosa y triste, ver
como un chico de 16 años ha enloquecido por ser débil ante la sociedad. El
libro termina en un parque en el que hay un tiovivo, donde viendo a su
hermana menor Phoebe tan feliz, parece que se le pasa un poco la locura
y las ganas de irse en busca de aventuras. Finalmente, nos dice que
acabó en una especie de sanatorio mental, un conmovedor final. Me parece un libro extremadamente realista, tanto que no puedo creer
que sea una historia ficticia creada por su autor, J.D. Sallinger, sino
que creo que el autor es el personaje de Holden. Personalmente, el personaje de Holden me cae muy bien, comparte conmigo
muchos pensamientos, odia gente y actitudes que yo también odio, y me
ha recordado situaciones, que sin haber llegado a ser tan extremas como
las suyas, yo también he vivido. Además me encanta la forma que tiene
para dejar a alguien por los suelos así como numerosas afirmaciones,
cabiendo destacar una que me llamó la atención y con la que estoy
totalmente de acuerdo:
“Lo malo de las chicas es que si un
tío les gusta, por muy cabrón que sea te dicen que tiene complejo de
inferioridad, y si no les gusta, ya puede ser buena persona y creerse
lo peor del universo, que le considerarán un creído. Hasta las más
inteligentes, en eso son iguales. Finalmente, como opinión
personal, el libro me ha gustado mucho, es mi preferido de todos los
que he leído hasta el momento, y como conclusión he sacado que la vida
es una lucha continua entre unos y otros, y que además de lucha, hay
otras ciertas reglas que, o se cumplen o se acabará tan mal como el
pobre Holden.
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
Vaya, ese es uno de los libros optativos que tenia para el año pasado, lástima que al final escogí el otro XD que por cierto... no recuerdo cual fue
Esa parte tiene algo de razon XD aunque no siempre es asíKyrad escribió:
“Lo malo de las chicas es que si un
tío les gusta, por muy cabrón que sea te dicen que tiene complejo de
inferioridad, y si no les gusta, ya puede ser buena persona y creerse
lo peor del universo, que le considerarán un creído. Hasta las más
inteligentes, en eso son iguales.
Aqua- Amazona
- Cantidad de envíos : 65
Fecha de inscripción : 06/09/2009
Edad : 31
Localización : Por aquí y por allà
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
¡Es un libro genial!
No negaré que el protagonista me caía como una patada en el culo, pero la forma en la que está escrita, la historia, la estructura, la primera persona, la sencillez y cercanía del lenguaje, hicieron que me enamorase del libro, sobre todo por el final: aunque tuviese ganas de cortarle la cabeza al Holden ese, acababa enterneciéndome como una idiota.
P.D.: Para mi todos los tios son unos creídos, la única diferencia es que unos lo llevan mejor que otros y juegan al d&d (nunca creí que diría eso xDDD)
No negaré que el protagonista me caía como una patada en el culo, pero la forma en la que está escrita, la historia, la estructura, la primera persona, la sencillez y cercanía del lenguaje, hicieron que me enamorase del libro, sobre todo por el final: aunque tuviese ganas de cortarle la cabeza al Holden ese, acababa enterneciéndome como una idiota.
P.D.: Para mi todos los tios son unos creídos, la única diferencia es que unos lo llevan mejor que otros y juegan al d&d (nunca creí que diría eso xDDD)
Mizuki- Master Oscuridad/Amazona
- Cantidad de envíos : 286
Fecha de inscripción : 28/07/2009
Edad : 33
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
Mizuki escribió:
P.D.: Para mi todos los tios son unos creídos, la única diferencia es que unos lo llevan mejor que otros y juegan al d&d (nunca creí que diría eso xDDD)
No he leído el libro, que lo apunto en 'pendientes' que tengo una lista numerosa ya.... pero
¡Joder! ese posdata ha sido la real polla xD, ¿Qué tiene que ver que unos jueguen al Dungeons para que sean chulos?
Soy el claro ejemplo de un tio que juega al dungeons pero que tiene una mezcla de sangre salmantina y costumbres madrileñas que me proporciona una chulería innata ^^ xDD que ya lo dijo R en mi descripción como el iraquí de Lost xD
nah... en serio ¿Qué tiene que ver el d&d en todo esto? xDD
Lazaro- Master Oscuridad/Pícaro
- Cantidad de envíos : 417
Fecha de inscripción : 09/08/2009
Edad : 35
Localización : Getafe
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
Que los que juegan al d&d llevan mejor la chulería, de la que ni uno os salvais. Además de que puedes darles una paliza en el mundo real y en uno inventado, lo que te deja una sensación de felicidad impresionante xDD.
(Eso de que te salga un hipermegacrítico y el hombre tenga que hacerse un pj nuevo, casi supera la sensación de comerse un helado un día horrible de verano)
Hablando seriamente, he comprobado que los frikazos de juegos de rol en mesa tienen un nivel superior que los frikis normales (ein?? que contradicción), y mayoritariamente su chulería se centra en esos juegos, y no va más alla.
(Eso de que te salga un hipermegacrítico y el hombre tenga que hacerse un pj nuevo, casi supera la sensación de comerse un helado un día horrible de verano)
Hablando seriamente, he comprobado que los frikazos de juegos de rol en mesa tienen un nivel superior que los frikis normales (ein?? que contradicción), y mayoritariamente su chulería se centra en esos juegos, y no va más alla.
Mizuki- Master Oscuridad/Amazona
- Cantidad de envíos : 286
Fecha de inscripción : 28/07/2009
Edad : 33
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
Vale, en eso tienes razón. xDD Solo que... ni con suerte serías capaz de que ese megacrítico matara a uno d emis PJ's ^^ (Con eso demuestro tu teoría?)
Puedo presumir que ninún personaje mío ha muerto aún, en ninguna partida, sea de D&D, Vampiro la mascarada, anima Beyond and fantasy... o cualquiera que se os ocurra xD (y que yo haya jugado)
Pero explicame eso del "he comprobado que los frikazos de juegos de rol en mesa tienen un nivel superior que los frikis normales"
¿Cómo que un nivel superior? xDD ¿A qué te refieres?
Puedo presumir que ninún personaje mío ha muerto aún, en ninguna partida, sea de D&D, Vampiro la mascarada, anima Beyond and fantasy... o cualquiera que se os ocurra xD (y que yo haya jugado)
Pero explicame eso del "he comprobado que los frikazos de juegos de rol en mesa tienen un nivel superior que los frikis normales"
¿Cómo que un nivel superior? xDD ¿A qué te refieres?
Lazaro- Master Oscuridad/Pícaro
- Cantidad de envíos : 417
Fecha de inscripción : 09/08/2009
Edad : 35
Localización : Getafe
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
(sí, la demuestras, pero te seguiré el rollo y me picaré: mi guerrera no tendrá magia, pero cuidadín con ella, que no se queda corta repartiendo h****as. Sobre todo cuando le entra la venada malvada. Cuando juego con mis amigos más cercanos la pobre Kelda es bipolar xDDD)
Un friki normal pasa desapercibido entre los demás miembros de la sociedad, aún en su más puro estado friki. Encontrarse por la calle a gente hablando de manga, ordenadores, videojuegos, e incluso haciendo cosplay, ya no es demasiado difícil, y no nos choca demasiado (por no decir nada). Pero encontrarse a alguien hablando de iniciativa, PG, habilidades o CA te hace, o bien huir en desbandada, o bien preguntarle qué dice, o dejar de hablar con él directamente por incomprensible (en mi caso me metería en la conversación y acabaría espantando al pobre ejemplar de friki macho con mis preguntas acosadoras sobre cuándo y con quién juega, pobrecita, tan joven y ya con el mono).
Aunque en esta categoría se podrían añadir todos aquellos con más de 10 años que jugasen a juegos de cartas. Quita juegos de cartas y pon Magic, ningún friki que se precie juega a yuguio y lo admite abiertamente xD.
Un friki normal pasa desapercibido entre los demás miembros de la sociedad, aún en su más puro estado friki. Encontrarse por la calle a gente hablando de manga, ordenadores, videojuegos, e incluso haciendo cosplay, ya no es demasiado difícil, y no nos choca demasiado (por no decir nada). Pero encontrarse a alguien hablando de iniciativa, PG, habilidades o CA te hace, o bien huir en desbandada, o bien preguntarle qué dice, o dejar de hablar con él directamente por incomprensible (en mi caso me metería en la conversación y acabaría espantando al pobre ejemplar de friki macho con mis preguntas acosadoras sobre cuándo y con quién juega, pobrecita, tan joven y ya con el mono).
Aunque en esta categoría se podrían añadir todos aquellos con más de 10 años que jugasen a juegos de cartas. Quita juegos de cartas y pon Magic, ningún friki que se precie juega a yuguio y lo admite abiertamente xD.
Mizuki- Master Oscuridad/Amazona
- Cantidad de envíos : 286
Fecha de inscripción : 28/07/2009
Edad : 33
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
Madre mía... pues yo en dungeons suelo ser un mago caotico neutral con toques de humor y un aire de superioridad que le hace ser un toca-huevos de la sociedad ^^
Y si, como todos los magos al cabo de un par de niveles... es muy lammer y capaz de matar a tu guerrera de 5 formas diferentes en el mismo turno de combate ^^ sin que... por supuesto, tengas oportunidad de desenfundar la espada. Tú única oportunidad sería ligartele. (cuando dije mago, tambien vale hechicero)
En fin, te llevarías bien con mi grupo de amigos. Solemos ir por la calle hablando de ello, o, cuando no hablamos de ello, siempre sale la típica broma hablando de la vida normal "Seguro que pifias y te caes de bruces" o cosas así.
Ahí van dos chistes que le conté el otro día a Hikari (Creo que no la hicieron gracia) xD
"Mamá mamá, en el colegio me llaman antisocial"
"¿Y tu que haces hijo?"
"Me bajo dos puntos en carisma"
'Esto es un Enano gruñón, que va a la farmacia en busca de preservativos'
Enano: "Quiero condones"
Farmaceutica: "¿Los quieres Control?"
Enano: "¡No no! ¡Sin troll! ¡SIN TROLL!"
En fin, son cortesía de un amigo mío, a saber donde los encontró xD
Y si, como todos los magos al cabo de un par de niveles... es muy lammer y capaz de matar a tu guerrera de 5 formas diferentes en el mismo turno de combate ^^ sin que... por supuesto, tengas oportunidad de desenfundar la espada. Tú única oportunidad sería ligartele. (cuando dije mago, tambien vale hechicero)
En fin, te llevarías bien con mi grupo de amigos. Solemos ir por la calle hablando de ello, o, cuando no hablamos de ello, siempre sale la típica broma hablando de la vida normal "Seguro que pifias y te caes de bruces" o cosas así.
Ahí van dos chistes que le conté el otro día a Hikari (Creo que no la hicieron gracia) xD
"Mamá mamá, en el colegio me llaman antisocial"
"¿Y tu que haces hijo?"
"Me bajo dos puntos en carisma"
'Esto es un Enano gruñón, que va a la farmacia en busca de preservativos'
Enano: "Quiero condones"
Farmaceutica: "¿Los quieres Control?"
Enano: "¡No no! ¡Sin troll! ¡SIN TROLL!"
En fin, son cortesía de un amigo mío, a saber donde los encontró xD
Lazaro- Master Oscuridad/Pícaro
- Cantidad de envíos : 417
Fecha de inscripción : 09/08/2009
Edad : 35
Localización : Getafe
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDdddd
Dios, el primero me ha matado, en serio. ¡¿Cómo puedes estar estudiando derecho?! Por dios, que cosas más raras me encuentro por el mundo adelante.
Te diré que mi guerrera (semidrow, caótico-maligna/legal-buena) es vengativa y cabr**a pero no tonta, asi que esperaría a que durmieses para matarte rápidamente, o, en su defecto, a que estuvieses en una situación delicada, no lleva muy bien eso del trabajo en equipo con magos.
P.D.:¿Esto no iba sobre un libro? xDD
Dios, el primero me ha matado, en serio. ¡¿Cómo puedes estar estudiando derecho?! Por dios, que cosas más raras me encuentro por el mundo adelante.
Te diré que mi guerrera (semidrow, caótico-maligna/legal-buena) es vengativa y cabr**a pero no tonta, asi que esperaría a que durmieses para matarte rápidamente, o, en su defecto, a que estuvieses en una situación delicada, no lleva muy bien eso del trabajo en equipo con magos.
P.D.:¿Esto no iba sobre un libro? xDD
Mizuki- Master Oscuridad/Amazona
- Cantidad de envíos : 286
Fecha de inscripción : 28/07/2009
Edad : 33
Re: J.D. Salinger; el guardian entre el centeno
ningún friki que se precie juega a yuguio y lo admite abiertamente.
Ahí me has roto el corazón.
Yo en Dungeons suelo hacer algún pj muy "variado" xD El último era un arquero elfo con paranóia de que deberia salvar el mundo, con conducta caballeresca muy exagerada. Era el alma del grupo xD
Pero ya no tengo mi grupo de juego y cuesta encontrar frikis nuevos, aunque sé que los hay.
De todas formas, yo aviso por 1ª vez. Como dijo un famoso una vez...
"Yo he venido a hablar de mi libro" xD
Y aquí nadie está hablando del libro, vamos. Si queréis, abrid un tema sobre Dungeons y nos partiremos la caja allí, pero dejad este para el libro que nos ha recomendado Kyrad.
Riot- Caballero
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