En la taberna
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En la taberna
Me encontraba tranquilamente en la taberna, sentado en una de las mesas que había en la terraza, la más acercada a la calle, para poder ver mejor a la gente que pasaba o a cualquiera que me estuviera observando.
La vida de ''bueno'' me resultaba extremadamente difícil, teniendo en cuenta que hasta hacía un mes era un conocido asesino a sueldo. El camarero se me acercó, y le pedí un zumo (algo extraño para un ex asesino, pero bueno, no todo se puede...) de melocotón. Al cabo de un minuto, el amable camarero me lo trajo y le pagué lo que era, dejando un par de platines de propina, aunque, ni le saludé ni le di las gracias.
Mientras daba un sorbo al rico zumo de melocotón (mi favorito, por cierto), cerré los ojos por un momento y vi a Vila ( mi madre adoptiva) como me tocaba el pelo cuando era pequeño y me despeinaba, y yo me enfurruñaba. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, pues esos recuerdos eran los que me hacían luchar por mi cambio de vida, los que no me harían volver jamás a la mala vida, a la de un mercenario despiadado.
Di un buen trago y después sacudí la cabeza, despejándome, pues estaba algo alelado. Apoyé los brazos en la mesa y me dispuse a ver a la gente pasar mientras bebía poco a poco mi zumo. Como de costumbre, más de uno de los que pasaban me miraban con malos ojos.
No les culpo...
Raven- Caballero
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Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Se oyó el golpe de una puerta cerrada con fuerza a la espalda de Raven, en la tienda de Objetos y, de ella, salió una chica joven, rubia y con el pelo recogido en una gorra, vestida con una camiseta rosa y unos vaqueros. Era guapa, sin embargo, algo en su expresión hacía pensar a uno que esa persona no era "buena". Su forma de caminar y sus expresiones faciales hacían ver que algo parecía divertirla. No tardó mucho en llamar más la atención.
- ¿Y es ese antro el único establecimiento que vende objetos en toda la ciudad? Vaya birria, no sé ni como sigue aún en pie. No había visto tal cantidad de porquerías desde que pasé a la tienda de accesorios -casi gritó, con actitud arrogante.
La gente caminaba por la calle, la mayoría mirándola sorprendida por el espectáculo que había dado y el resto ignorándola como podían. Los restantes no tardaron en imitar a la minoría. Las personas que pasaban cerca de ella empezaban a andar más deprisa e incluso algunas la esquivaban sin ocultarlo.
La muchacha sonrió, como si todo aquello fuese muy divertido. Se dirigió a la taberna y se sentó en la mesa contigua a la de Raven, sin mirarle siquiera. Se puso cómoda, inclinando además la silla. Después, se dirigió al tabernero.
- ¡Eh, tú! Tráeme una botella de sake. La mejor, de hecho -gritó, atrayendo de nuevo varias miradas. El hombre pareció dudar, pero finalmente fue a por lo que le había pedido. La chica no era mayor de edad, eso sin duda.
[Ninguna queja, buen post ^^]
- ¿Y es ese antro el único establecimiento que vende objetos en toda la ciudad? Vaya birria, no sé ni como sigue aún en pie. No había visto tal cantidad de porquerías desde que pasé a la tienda de accesorios -casi gritó, con actitud arrogante.
La gente caminaba por la calle, la mayoría mirándola sorprendida por el espectáculo que había dado y el resto ignorándola como podían. Los restantes no tardaron en imitar a la minoría. Las personas que pasaban cerca de ella empezaban a andar más deprisa e incluso algunas la esquivaban sin ocultarlo.
La muchacha sonrió, como si todo aquello fuese muy divertido. Se dirigió a la taberna y se sentó en la mesa contigua a la de Raven, sin mirarle siquiera. Se puso cómoda, inclinando además la silla. Después, se dirigió al tabernero.
- ¡Eh, tú! Tráeme una botella de sake. La mejor, de hecho -gritó, atrayendo de nuevo varias miradas. El hombre pareció dudar, pero finalmente fue a por lo que le había pedido. La chica no era mayor de edad, eso sin duda.
[Ninguna queja, buen post ^^]
- Spoiler:
Re: En la taberna
Nada más oir el golpe, me giré desinteresadamente para ver que ocurría, no me gusta el ajetreo. Al pararme a observar detenidamente, vi a una chica rubia, la autora del golpe, saliendo de la tienda de objetos. Se pusó casi a vociferar, cosa que me irrita bastante.
'' Genial, una loca psicopata...'', pensé mientras observaba como se acercaba hacia la taberna.
Hice una mueca. No me gustaba en absoluto la actitud de la criaja esa, me recordaba a mi en mis peores momentos, de hecho, en los momentos de hace un par de meses... La gente huía despavorida a resguardarse de aquella... loca, si, loca es lo más adecuado. Parecía resultarle divertido, cosa que me dio bastante rabia.
Se sentó en la mesa más cercana a la mía, lo que me hizo pensar. Estaría yendo a por mi? Seguramente no, como de costumbre me estaba montando mis cacaos mentales. Se sentó de mala manera, así que, de nuevo, puse mala cara.
Se dirigió al camarero de una manera un tanto grosera y violenta, pidiendo algo que obviamente no era propio de su edad. No sé que pretendía, así que me dispuse a dedicarle un par de palabritas.
- No eres un poco niñata para beber esas cosas ? - la idea era provocarla, a ver como reaccionaba. En un principio pensé que se trataba de una de esas chicas que van de mucho por la vida pero con un poco de intimidación se desinflan enseguida.
Cada vez, había menos gente en el lugar.
'' Genial, una loca psicopata...'', pensé mientras observaba como se acercaba hacia la taberna.
Hice una mueca. No me gustaba en absoluto la actitud de la criaja esa, me recordaba a mi en mis peores momentos, de hecho, en los momentos de hace un par de meses... La gente huía despavorida a resguardarse de aquella... loca, si, loca es lo más adecuado. Parecía resultarle divertido, cosa que me dio bastante rabia.
Se sentó en la mesa más cercana a la mía, lo que me hizo pensar. Estaría yendo a por mi? Seguramente no, como de costumbre me estaba montando mis cacaos mentales. Se sentó de mala manera, así que, de nuevo, puse mala cara.
Se dirigió al camarero de una manera un tanto grosera y violenta, pidiendo algo que obviamente no era propio de su edad. No sé que pretendía, así que me dispuse a dedicarle un par de palabritas.
- No eres un poco niñata para beber esas cosas ? - la idea era provocarla, a ver como reaccionaba. En un principio pensé que se trataba de una de esas chicas que van de mucho por la vida pero con un poco de intimidación se desinflan enseguida.
Cada vez, había menos gente en el lugar.
Raven- Caballero
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Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
[No pongas el color blanco en el texto, a menos de que sea parte del diálogo o si lo haces entero. Y te ha faltado un signo de pregunta. Si quieres, puedes editarlo o dejarlo así, de todas formas, este mundo no es puntuable]
Se giró inmediatamente hacia Raven, al oír esas palabras y sonrió, con malicia.
- ¿Y tú no eres un poco crío para estar en un bar sin tus papis? -Repuso, acentuando su sonrisa. Ganas de diversión era lo único que reflejaba su cara.
El tabernero llegó y dejó una botella y un vaso en la mesa, sin molestarse en llenarlo. Se alejó de allí en cuanto tuvo la oportunidad, aunque desde lejos no apartó la mirada de la chica. Obviamente, no se fiaba ni un pelo de ella. La muchacha no pareció darse cuenta de estos sucesos, o bien fingía que no le importaban.
Se giró inmediatamente hacia Raven, al oír esas palabras y sonrió, con malicia.
- ¿Y tú no eres un poco crío para estar en un bar sin tus papis? -Repuso, acentuando su sonrisa. Ganas de diversión era lo único que reflejaba su cara.
El tabernero llegó y dejó una botella y un vaso en la mesa, sin molestarse en llenarlo. Se alejó de allí en cuanto tuvo la oportunidad, aunque desde lejos no apartó la mirada de la chica. Obviamente, no se fiaba ni un pelo de ella. La muchacha no pareció darse cuenta de estos sucesos, o bien fingía que no le importaban.
Re: En la taberna
Le clavé mis intensos ojos rojos en los suyos. Ese comentario no me había hecho ni pizca de gracia. Preferí salirle por otro lado, para cambiar de tema y evitar una pelea, o, en su defecto, pasar a palabras mayores. Cambiándome de postura en mi silla, le dije.
- Vaya, ¿así que no me conoces?- intenté salirle por ahí. De todos modos, cualquiera de Ciudad de Paso sabe quien soy, por lo que debía de ser una forastera... o una ignorante. - No sabes con quien te metes... - le espeté.
Parpadeé lentamente, como todo esto me aburriera (y de hecho, lo hacía) para picar un poco a la muchacha, y de paso bostecé de una manera ruidosa y notable, esperando irritar a la chica. También estiré los pies y brazos, como si estuviera cansado de llevar horas sentado en esa silla, cuando solo llevaba 10 minutos escasos. Tras todo el paripé, volví a mirarla fijamente con expresión amenazante.
Había algo en esa chica que no me gustaba nada...
- Vaya, ¿así que no me conoces?- intenté salirle por ahí. De todos modos, cualquiera de Ciudad de Paso sabe quien soy, por lo que debía de ser una forastera... o una ignorante. - No sabes con quien te metes... - le espeté.
Parpadeé lentamente, como todo esto me aburriera (y de hecho, lo hacía) para picar un poco a la muchacha, y de paso bostecé de una manera ruidosa y notable, esperando irritar a la chica. También estiré los pies y brazos, como si estuviera cansado de llevar horas sentado en esa silla, cuando solo llevaba 10 minutos escasos. Tras todo el paripé, volví a mirarla fijamente con expresión amenazante.
Había algo en esa chica que no me gustaba nada...
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Siguió sonriendo, mientras llenaba el vaso que le había dejado el tabernero, se lo llevaba a los labios y vaciaba de varios tragos el contenido. Sólo entonces, volvió a fijar su vista en Raven, cuando volvió a dejarlo en la mesa. De nuevo, aquella mirada divertida, sin embargo, ahora se mostraba cautelosa, además de curiosa.
- ¿Es qué acaso eres famoso o algo así? ¿Dónde están los niños formando cola para verte y el bolígrafo preparado para firmar autógrafos? -Miró a su alrededor, como si quisiera comprobar sus palabras, aunque ya sabía que no encontraría nada de lo que había citado. Le devolvió una nueva sonrisa a Raven-. Pues ahora resulta que tal vez no seas tan famoso...
Sin levantarse, movió su silla hasta colocarse enfrente de Raven, inclinándose (aunque a una distancia prudencial) y mirándole directamente a los ojos. Con una voz suave, nada parecida a la anterior, la que sonaría de una persona tímida y dulce, dijo:
- Aunque... Siento curiosidad, por saber con quien me estoy metiendo.
- ¿Es qué acaso eres famoso o algo así? ¿Dónde están los niños formando cola para verte y el bolígrafo preparado para firmar autógrafos? -Miró a su alrededor, como si quisiera comprobar sus palabras, aunque ya sabía que no encontraría nada de lo que había citado. Le devolvió una nueva sonrisa a Raven-. Pues ahora resulta que tal vez no seas tan famoso...
Sin levantarse, movió su silla hasta colocarse enfrente de Raven, inclinándose (aunque a una distancia prudencial) y mirándole directamente a los ojos. Con una voz suave, nada parecida a la anterior, la que sonaría de una persona tímida y dulce, dijo:
- Aunque... Siento curiosidad, por saber con quien me estoy metiendo.
Re: En la taberna
Me acomodé en el sitio, removiéndome un poco mientras observaba a la chica de arriba a abajo. Sonreía, tal vez pensara que esto era un juego, error por su parte. Este tipo de criajas no necesitan otra cosa que modales, o una vida dura. No hablo yo, sino la experiencia...
Entonces me preguntó por mi fama.
- Jajaja.- me reí. - No es ese tipo de fama, sino de las que hace que la gente corra en sentido contrario cuando me ve por la calle. - Una pícara sonrisa se esbozó en mi cara, mientras mis ojos se clavaban en ella de manera violenta, tanto que asustaban.
Entonces se puso frente a mi y me miró a los ojos, preguntando indirectamente por mi.
- Solo te diré una cosa, Raven. - dije secamente. Si quería saber más, que preguntara a cualquier transeunte de Ciudad de Paso. Me levanté, disponiendome a marcharme de allí, aunque sin acabar de hacerlo todavía.
Entonces me preguntó por mi fama.
- Jajaja.- me reí. - No es ese tipo de fama, sino de las que hace que la gente corra en sentido contrario cuando me ve por la calle. - Una pícara sonrisa se esbozó en mi cara, mientras mis ojos se clavaban en ella de manera violenta, tanto que asustaban.
Entonces se puso frente a mi y me miró a los ojos, preguntando indirectamente por mi.
- Solo te diré una cosa, Raven. - dije secamente. Si quería saber más, que preguntara a cualquier transeunte de Ciudad de Paso. Me levanté, disponiendome a marcharme de allí, aunque sin acabar de hacerlo todavía.
Raven- Caballero
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Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
- Raven, ¿eh? -Repitió. La voz dulce había desaparecido hasta recuperar la suya normal. Se incorporó de nuevo, dejando de fingir-. Yo soy Luchia. ¿Podrás acordarte, chiquitín? Aunque el jefe siempre dice que use el nombre en clave...
No se levantó de su sitio, sin embargo, Luchia siguió hablando con Raven, ignorando su intento por marcharse.
- Esta ciudad es el peor lugar con el que he tenido la desgracia de encontrarme. Es aburrida y pequeña. Parece una cárcel. No comprendo como la gente soporta vivir aquí -ahora, parecía hablar más para sí misma-. Aunque, de todos modos, no importa. En cuanto la haga explotar será por lo menos un bonito espectáculo.
No se levantó de su sitio, sin embargo, Luchia siguió hablando con Raven, ignorando su intento por marcharse.
- Esta ciudad es el peor lugar con el que he tenido la desgracia de encontrarme. Es aburrida y pequeña. Parece una cárcel. No comprendo como la gente soporta vivir aquí -ahora, parecía hablar más para sí misma-. Aunque, de todos modos, no importa. En cuanto la haga explotar será por lo menos un bonito espectáculo.
Re: En la taberna
De toda su parrafada, solo me había quedado con su nombre. Solo con eso, hasta que oí explotar Ciudad de Paso en una misma frase. Solo me queda esto, Ciudad de Paso es todo lo que me queda, todo lo que he vivido, y todo lo que puedo recordar junto a Vila. No lo iba a permitir. Jamás admitiré una cosa así.
- Por encima de mi cadáver, especie de fémina...!- me mordí la lengua. Cualquiera que hubiera oído lo que iba a decir se hubiera quedado a coadros. - Inocente...- dije mientras hacía crujir mi cuello y mis nudillos, preparándome para un asalto.
No me importaba tener que matar a una niñata. Mucho menos, cuando se trata de defender lo único que me queda. Cuando se trata de defender lo único que puedo llamar hogar.
- Por encima de mi cadáver, especie de fémina...!- me mordí la lengua. Cualquiera que hubiera oído lo que iba a decir se hubiera quedado a coadros. - Inocente...- dije mientras hacía crujir mi cuello y mis nudillos, preparándome para un asalto.
No me importaba tener que matar a una niñata. Mucho menos, cuando se trata de defender lo único que me queda. Cuando se trata de defender lo único que puedo llamar hogar.
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Luchia se levantó de la silla, complacida por el nuevo espectáculo que ambos estaban dando. Sonrió maliciosamente.
- ¿Y quién me lo va a impedir? ¿Tú, acaso? Cuando ayude al jefe a cumplir con su objetivo me concederá cualquier favor que le pida... Son demasiados mundos para que éste pueda llegar a ser de alguna forma importante -rió, tomándose su tiempo para regocijarse de la cara de Raven-. Y no me subestimes... No te haces a la idea de hasta que punto él me ha enseñado a defenderme... ¿Qué digo? A matar.
Ensanchó aún más su sonrisa. A pesar de los movimientos de Raven, ella seguía tranquila, sin miedo a su postura.
- Aunque puedes evitarlo... ¿Por qué no jugar con el destino? Ve a ver a Toushiro, ese viejo tonto que vive en la casa del Tercer Distrito, una vieja y abandonada que ni él mismo se molesta por limpiar... Luego, ten el valor de seguirme y detenerme... O bien, quédate en tu linda casita con tus papis y espera mi próxima vuelta... Con ella, ¡traeré la destrucción a este mundo inmundo en donde no viví más que desgracias! -Exclamó. Su última frase borró momentáneamente la sonrisa de sus labios, pero luego, se recompuso, y sólo aquel que no estuviese mirando todo el rato su cara habría pensado que había sido una ilusión óptica.
Empujó la silla donde antes se había sentado y retrocedió rápidamente unos cuantos pasos, sin apartar la mirada de Raven. Extendió el brazo en el aire y un extraño agujero negro apareció de la nada.
- Nos volveremos a ver... O tal vez no... En ese caso, hasta nunca, chiquitín -se despidió, mientras se internaba en el agujero negro y desaparecía de allí. A los pocos segundos, también él.
La gente de la calle había asistido, sorprendida, a todo aquel espectáculo. No había absolutamente nadie que aún siguiese con sus quehaceres. Ninguno de ellos había oído, además, las últimas palabras de aquella misteriosa chica que no habían visto nunca. El primero en romper el tenso silencio fue el tabernero, desquiciado:
- ¡Esa maldi...! ¡Esa demonio no ha pagado la bebida! ¡Lo sabía, sabía que era una gamberra! -Furioso, se giró hacia Raven y se fue acercando a él poco a poco-. ¡Tú, sé quien eres! Ese tal... ¡Raven! ¡Págame la consumición de tu amiga! ¡Ahora!
- ¿Y quién me lo va a impedir? ¿Tú, acaso? Cuando ayude al jefe a cumplir con su objetivo me concederá cualquier favor que le pida... Son demasiados mundos para que éste pueda llegar a ser de alguna forma importante -rió, tomándose su tiempo para regocijarse de la cara de Raven-. Y no me subestimes... No te haces a la idea de hasta que punto él me ha enseñado a defenderme... ¿Qué digo? A matar.
Ensanchó aún más su sonrisa. A pesar de los movimientos de Raven, ella seguía tranquila, sin miedo a su postura.
- Aunque puedes evitarlo... ¿Por qué no jugar con el destino? Ve a ver a Toushiro, ese viejo tonto que vive en la casa del Tercer Distrito, una vieja y abandonada que ni él mismo se molesta por limpiar... Luego, ten el valor de seguirme y detenerme... O bien, quédate en tu linda casita con tus papis y espera mi próxima vuelta... Con ella, ¡traeré la destrucción a este mundo inmundo en donde no viví más que desgracias! -Exclamó. Su última frase borró momentáneamente la sonrisa de sus labios, pero luego, se recompuso, y sólo aquel que no estuviese mirando todo el rato su cara habría pensado que había sido una ilusión óptica.
Empujó la silla donde antes se había sentado y retrocedió rápidamente unos cuantos pasos, sin apartar la mirada de Raven. Extendió el brazo en el aire y un extraño agujero negro apareció de la nada.
- Nos volveremos a ver... O tal vez no... En ese caso, hasta nunca, chiquitín -se despidió, mientras se internaba en el agujero negro y desaparecía de allí. A los pocos segundos, también él.
La gente de la calle había asistido, sorprendida, a todo aquel espectáculo. No había absolutamente nadie que aún siguiese con sus quehaceres. Ninguno de ellos había oído, además, las últimas palabras de aquella misteriosa chica que no habían visto nunca. El primero en romper el tenso silencio fue el tabernero, desquiciado:
- ¡Esa maldi...! ¡Esa demonio no ha pagado la bebida! ¡Lo sabía, sabía que era una gamberra! -Furioso, se giró hacia Raven y se fue acercando a él poco a poco-. ¡Tú, sé quien eres! Ese tal... ¡Raven! ¡Págame la consumición de tu amiga! ¡Ahora!
Re: En la taberna
Escuché todo lo que me tenía que decir. Me fijé hasta en el más mínimo detalle, haciendo algún mal gesto con la cara en ciertos momentos. Esa chica estaba engendrando en mi un odio hacia ella bastante grande. No me importaría ponerme unas botas de pinchos y saltar encima de ella...
En cuanto se estaba despidiendo, cegabo por la furia y con mis ojos rojos inyectados en sangre, saqué mi espada y se la lancé a la cara a modo de lanza, pero cuando fue a atravesarla el agujero negro ya había desaparecido y mi espada estaba clavada en una columna de maderá que aguantaba el edificio de encima.
Mientras desclavaba la espada, la gente comenzó a acudir a la escena. Huyen de esa niña y no huyen de mi ? Puff... que rápido se me va la fama... Y entonces me vino el tabernero pidiéndome el dinero de la consumición de la estúpida esa, cosa que me irritó, aunque, se sabía mi nombre...
- Lo siento, viejo, pero esa no es mi amiga, no es mi culpa que no sepas controlar a tus clientes...- le espeté. - Yo me abro.
Había gente que impedía la salida de la terraza, la tenían rodeada. Si no podía salir por los lados... Saldría por encima! Así pues, cogí a un tipo por los hombros, con fuerza lo incliné, dejando su espalda mirando hacia arriba, rapidamente apoyé el pie, impulsandome y saltando por encima del gentío.
- Tengo prisa! - tras esto, me dirigí corriendo hacia el Distrito 3, cruzando el gran portón que hay en el Distrito 1.
En cuanto se estaba despidiendo, cegabo por la furia y con mis ojos rojos inyectados en sangre, saqué mi espada y se la lancé a la cara a modo de lanza, pero cuando fue a atravesarla el agujero negro ya había desaparecido y mi espada estaba clavada en una columna de maderá que aguantaba el edificio de encima.
Mientras desclavaba la espada, la gente comenzó a acudir a la escena. Huyen de esa niña y no huyen de mi ? Puff... que rápido se me va la fama... Y entonces me vino el tabernero pidiéndome el dinero de la consumición de la estúpida esa, cosa que me irritó, aunque, se sabía mi nombre...
- Lo siento, viejo, pero esa no es mi amiga, no es mi culpa que no sepas controlar a tus clientes...- le espeté. - Yo me abro.
Había gente que impedía la salida de la terraza, la tenían rodeada. Si no podía salir por los lados... Saldría por encima! Así pues, cogí a un tipo por los hombros, con fuerza lo incliné, dejando su espalda mirando hacia arriba, rapidamente apoyé el pie, impulsandome y saltando por encima del gentío.
- Tengo prisa! - tras esto, me dirigí corriendo hacia el Distrito 3, cruzando el gran portón que hay en el Distrito 1.
Raven- Caballero
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Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
[Ortografía buena, pero que no se te olvide poner el primer signo de exclamación]
Nada más entrar al Distrito 3, había algo que llamaba la atención incluso desde lejos. Aparte de que la plaza estaba totalmente vacía, había un hombre viejo y con aspecto cansado apoyado en una pared. Te miró y te sonrió.
- Eh, muchacho, ¿podrías ayudarme a llegar a casa? Quise salir a pasear, pero la espalda me ha fallado -explicó. Luego, señaló con un gesto las escaleras-. No te lo pediría si no fuese porque lo necesito de veras. Esas escaleras me matan y lo harán algún día, ¡ya lo creo! Mi casa está arriba.
Nada más entrar al Distrito 3, había algo que llamaba la atención incluso desde lejos. Aparte de que la plaza estaba totalmente vacía, había un hombre viejo y con aspecto cansado apoyado en una pared. Te miró y te sonrió.
- Eh, muchacho, ¿podrías ayudarme a llegar a casa? Quise salir a pasear, pero la espalda me ha fallado -explicó. Luego, señaló con un gesto las escaleras-. No te lo pediría si no fuese porque lo necesito de veras. Esas escaleras me matan y lo harán algún día, ¡ya lo creo! Mi casa está arriba.
Re: En la taberna
Vaya, ahora me pedía ayuda un señor mayor. Así podría hacer la buena acción del día! Fuera bromas, ¿como le iba a decir que no a un pobre anciano desamparado? Así que me acerqué a él para disponerme a echarle una mano.
- Claro claro, no hay problema. - le dije cuando me pidió ayuda. Entonces me quedé pensativo. - ¿Conoce usted a Toushiro? Le estoy buscando, aunque no sabría reconocerlo ni teniémdolo delante de mis narices...
- Claro claro, no hay problema. - le dije cuando me pidió ayuda. Entonces me quedé pensativo. - ¿Conoce usted a Toushiro? Le estoy buscando, aunque no sabría reconocerlo ni teniémdolo delante de mis narices...
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
[No te contaré los días de retraso, ya que justificaste la razón de no poder postear y no podías hacer nada]
Cuando oyó tu respuesta, sonrió, como si fuese un niño al cual le habían dado una nueva piruleta. Sin embargo, al escuchar tu pregunta, su rostro se entristeció por un solo segundo y entrecerró los ojos.
- ¿Toushiro? Sí, le conozco. Soy yo. ¿Qué quieres de un pobre viejo con problemas de espalda?
Mientras hacía éstas preguntas, se incorporó lo que pudo y te tendió la mano, para que le ayudases a subir.
Cuando oyó tu respuesta, sonrió, como si fuese un niño al cual le habían dado una nueva piruleta. Sin embargo, al escuchar tu pregunta, su rostro se entristeció por un solo segundo y entrecerró los ojos.
- ¿Toushiro? Sí, le conozco. Soy yo. ¿Qué quieres de un pobre viejo con problemas de espalda?
Mientras hacía éstas preguntas, se incorporó lo que pudo y te tendió la mano, para que le ayudases a subir.
Re: En la taberna
Lo de que quería de él resultaba ser una buena pregunta... Bastante buena. Mientras me planteaba una respuesta ordenando todo lo sucedido en mi cabeza, cogí la mano de Toushiro y me enganché a ella, cruzando su brazo con el mio.
- Es complicado. Una tal Luchia me dijo que iba a destruir Ciudad de Paso y que si quería intentar algo que fuera a verte. -le expliqué, mientras empezamos a subir.
- Es complicado. Una tal Luchia me dijo que iba a destruir Ciudad de Paso y que si quería intentar algo que fuera a verte. -le expliqué, mientras empezamos a subir.
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Toushiro paró en seco, desestabilizándose y cayendo al suelo, sin ningún tipo de explicación. Miró a Raven con ojos soprendidos y boquiabierto.
- ¿H-Has dicho Luchia? ¿Luchia, seguro? ¿Ha estado aquí? ¿Qué ha dicho? ¿Qué ha sucedido exactamente? -Preguntó casi sin pararse a respirar, ignorando que parte de ellas ya se las había respondido Raven.
- ¿H-Has dicho Luchia? ¿Luchia, seguro? ¿Ha estado aquí? ¿Qué ha dicho? ¿Qué ha sucedido exactamente? -Preguntó casi sin pararse a respirar, ignorando que parte de ellas ya se las había respondido Raven.
Re: En la taberna
Cuando fue a caer se lo impedí usando la otra mano, apoyandola en su pecho para que no se cayera hacia delante, y lo estabalicé de nuevo. Una caida a esa edad no debería de ser muy bueno.
- Yo estaba en la taberna del distrito 1, cuando ella apareció también. Me dijo que iba a destruir este maldito mundo y no sé que más. Lo que tengo claro es que no se lo voy a permitir. Este mundo es mi hogar. O algo así. - le contesté.
- Yo estaba en la taberna del distrito 1, cuando ella apareció también. Me dijo que iba a destruir este maldito mundo y no sé que más. Lo que tengo claro es que no se lo voy a permitir. Este mundo es mi hogar. O algo así. - le contesté.
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Aún confuso, Toushiro le miró a los ojos, sin embargo, parecía ido, pensando en otras cosas. Se sujetaba con fuerza al muchacho, para no caerse de nuevo. Empezó a murmurar distintas palabras en un idioma desconocido, sin ningún significado para Raven. Finalmente, acabó de cuchichear y volvió a observar al chico fijamente.
- Ella odia este lugar... Cree en sus palabras, porque aunque ella no tiene el suficiente poder para destruirlo, pero sí el mayor de los aliados... Y el peor de tus enemigos -dijo, tragando saliva-. ¿Quiéres salvar Ciudad de Paso? Te daré los medios para conseguirlo, con una promesa que deberás cumplir, sin hacer preguntas.
Separó su mano derecha, sujetándose solo con la otra, y sacó de su bolsillo un extraño aparato, una especie de mando. Pulsó una par de botones, elevándolo al aire y murmuró:
- Menos mal que al final no tiré ese pedazo de chatarra...
- Ella odia este lugar... Cree en sus palabras, porque aunque ella no tiene el suficiente poder para destruirlo, pero sí el mayor de los aliados... Y el peor de tus enemigos -dijo, tragando saliva-. ¿Quiéres salvar Ciudad de Paso? Te daré los medios para conseguirlo, con una promesa que deberás cumplir, sin hacer preguntas.
Separó su mano derecha, sujetándose solo con la otra, y sacó de su bolsillo un extraño aparato, una especie de mando. Pulsó una par de botones, elevándolo al aire y murmuró:
- Menos mal que al final no tiré ese pedazo de chatarra...
Re: En la taberna
Cuando se puso a hablar en un idioma totalmente desconocido para mi, me desconcertó, aunque al de poco tiempo se volvió y me miró fijamente, y se puso a hablar, pero claro, de manera que yo pudiera entenderle, por que si no...
- Vale. Lo prometo. Me someto a tu voluntad, ahoratú dirás que tengo que hacer... - Le dije.
Hubo otra cosa que me llamó la atención.
- ¿Me conoces? - Esto se debía por que como dijo mi mayor enemigo... Era por que sabía algo de mi, o bueno, tal vez no.
- Vale. Lo prometo. Me someto a tu voluntad, ahoratú dirás que tengo que hacer... - Le dije.
Hubo otra cosa que me llamó la atención.
- ¿Me conoces? - Esto se debía por que como dijo mi mayor enemigo... Era por que sabía algo de mi, o bueno, tal vez no.
Raven- Caballero
- Cantidad de envíos : 39
Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Sonrió al escuchar su primera respuesta e, iba a responderle cuando oyó la pregunta de Raven. Se mostró desconcertado, confuso por sus palabras.
- No, chico, no te conozco. Ni siquiera sé como te llamas. Sin embargo, si quieres buscar a Luchia para detenerla, las posibilidades de que le encuentres son bastante altas, no te lo voy a negar...
Suspiró durante un momento, con el rostro repentinamente cansado, agotado, como si aquella conversación hubiese durado años para él. Sin embargo, intentó mirarte con toda la seriedad que pudo.
- Debes prometerme tres cosas: la primera es que, si te encuentras con el padre de Luchia, al cual reconocerás enseguida, debes huir, porque no tendrás ninguna posibilidad de enfrentarte a él. La segunda es que, cuando la encuentres, quiero que la des un mensaje de mi parte -tomó aire durante un momento antes de continuar-: "Naows Dom". Recuérdalo, porque es necesario que ella lo oiga. Lo entenderá. Y la tercera y más importante, la cual te rogaré mucho más que el resto, es que -su rostro serio se deformó, hasta quedar convertido en el de alguien que rogaba una petición-, no la mates. Haga lo que haga, por favor, que no muera.
- No, chico, no te conozco. Ni siquiera sé como te llamas. Sin embargo, si quieres buscar a Luchia para detenerla, las posibilidades de que le encuentres son bastante altas, no te lo voy a negar...
Suspiró durante un momento, con el rostro repentinamente cansado, agotado, como si aquella conversación hubiese durado años para él. Sin embargo, intentó mirarte con toda la seriedad que pudo.
- Debes prometerme tres cosas: la primera es que, si te encuentras con el padre de Luchia, al cual reconocerás enseguida, debes huir, porque no tendrás ninguna posibilidad de enfrentarte a él. La segunda es que, cuando la encuentres, quiero que la des un mensaje de mi parte -tomó aire durante un momento antes de continuar-: "Naows Dom". Recuérdalo, porque es necesario que ella lo oiga. Lo entenderá. Y la tercera y más importante, la cual te rogaré mucho más que el resto, es que -su rostro serio se deformó, hasta quedar convertido en el de alguien que rogaba una petición-, no la mates. Haga lo que haga, por favor, que no muera.
Re: En la taberna
Bueno, una cosa había clara... mi popularidad estaba en seria decadencia. Ya nadie me conocía! En fin, da igual. Mejor incluso... Aunque ya la ente irá dejando de apartarse de mi camino... Y eso resultaba... Cómodo. Si, cómodo es la palabra. Ahora me disponía a contestarle.
- Claro. Te prometo todo eso que me has pedido. Aunque, lo de huir del padre no me haga demasiada gracia. - Hubo algo que me escamó. - ¿Sois familia?
- Claro. Te prometo todo eso que me has pedido. Aunque, lo de huir del padre no me haga demasiada gracia. - Hubo algo que me escamó. - ¿Sois familia?
Raven- Caballero
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Fecha de inscripción : 11/10/2009
Re: En la taberna
Agachó la cabeza, evitando la mirada de Raven.
- Es mi sobrina y la única familia que tengo. Aunque me odia, desde siempre, nunca hemos profundizado en absoluto nuestra relación. Es una historia larga... De todas formas, la he hecho daño y, éste es mi modo de recomensárselo.
Un sonido les llamó la antención a ambos, proveniente del centro del Distrito 3. Una Nave verde acababa de aterrizar con total sigilo en aquel lugar. Toushiro se recompuso y apretó de nuevo un botón del mando. La compuerta de la Nave se abrió, obedeciendo al autocontrol. El viejo le pasó el aparato a Raven, sin inmutarse ni soprenderse por la presencia de una Nave en aquel solitario sitio.
- Con esta Nave he recorrido multitud de mundos. La llamaba, la Luna Verde, tal vez por el hecho de que la quería como si fuese de mi familia. De todas formas, ya soy demasiado viejo para utilizarla, aunque aún sigue funcionando, por lo que veo. La guía para manejarla está dentro. Menos mal que no hemos avanzado mucho, pero sino te importa, me quedaré aquí mientras te veo marchar. Recuerda tus promesas. Son más importantes para mí de lo que imaginas -le advirtió, por último lugar.
Se separó de Raven y, como pudo, se sentó en los escalones, dispuesto a mirar. Sin embargo, pareció recordar algo y se dirigió de nuevo a Raven.
- Por cierto, ¿quiéres que diga algo a alguien de aquí sobre tu marcha? Supongo que tu familia se dará cuenta de que faltas, además de tus amigos.
[Empiezo a explicar:
El mando tiene un total de 7 botones de diferentes colores: verde (abre la compuerta) [La puerta principal se abre hacia abajo, dejando una plataforma para subir], azul (cierra la compuerta), amarillo (llama a la Nave desde lejos, como ha hecho Toushiro), plateado (la hace aterrizar cuando está en el aire), morado (hace despegar la Nave desde FUERA), naranja (aleja la Nave, idóneo para no levantar sospechas de tu procedencia en un mundo) y negro (abre una trampilla cerca de la entrada principal y deja caer una cuerda, ideado por si no podéis bajar a tierra en algún mundo).
Puedes interpretar como tu personaje va investigando su uso, ya que obviamente, no lo conoce.
En cuanto a como es el interior de la nave, por la compuerta entras a la zona de comandos, donde se maneja la Nave, junto con su ordenador y el cristal para mirar al exterior, además de unas cuantas sillas. Dejando esa habitación, la más grande de todas, por un pasillito puedes llegar a diferentes habitaciones, cada una con una cama, una mesilla, un armario y un escritorio (con su silla); también hay un último cuarto lleno de armarios con extraños -y algunos- escalofriantes disfraces. Sólo hay dos baños en la Nave. Al final de la escalera, hay una puerta con un gran rótulo en el que pone con letra desigual "NO PASAR", y lleva a la zona de máquinas. La guía de la que hablaba Toushiro está en la sala de comandos o principal]
- Es mi sobrina y la única familia que tengo. Aunque me odia, desde siempre, nunca hemos profundizado en absoluto nuestra relación. Es una historia larga... De todas formas, la he hecho daño y, éste es mi modo de recomensárselo.
Un sonido les llamó la antención a ambos, proveniente del centro del Distrito 3. Una Nave verde acababa de aterrizar con total sigilo en aquel lugar. Toushiro se recompuso y apretó de nuevo un botón del mando. La compuerta de la Nave se abrió, obedeciendo al autocontrol. El viejo le pasó el aparato a Raven, sin inmutarse ni soprenderse por la presencia de una Nave en aquel solitario sitio.
- Con esta Nave he recorrido multitud de mundos. La llamaba, la Luna Verde, tal vez por el hecho de que la quería como si fuese de mi familia. De todas formas, ya soy demasiado viejo para utilizarla, aunque aún sigue funcionando, por lo que veo. La guía para manejarla está dentro. Menos mal que no hemos avanzado mucho, pero sino te importa, me quedaré aquí mientras te veo marchar. Recuerda tus promesas. Son más importantes para mí de lo que imaginas -le advirtió, por último lugar.
Se separó de Raven y, como pudo, se sentó en los escalones, dispuesto a mirar. Sin embargo, pareció recordar algo y se dirigió de nuevo a Raven.
- Por cierto, ¿quiéres que diga algo a alguien de aquí sobre tu marcha? Supongo que tu familia se dará cuenta de que faltas, además de tus amigos.
[Empiezo a explicar:
El mando tiene un total de 7 botones de diferentes colores: verde (abre la compuerta) [La puerta principal se abre hacia abajo, dejando una plataforma para subir], azul (cierra la compuerta), amarillo (llama a la Nave desde lejos, como ha hecho Toushiro), plateado (la hace aterrizar cuando está en el aire), morado (hace despegar la Nave desde FUERA), naranja (aleja la Nave, idóneo para no levantar sospechas de tu procedencia en un mundo) y negro (abre una trampilla cerca de la entrada principal y deja caer una cuerda, ideado por si no podéis bajar a tierra en algún mundo).
Puedes interpretar como tu personaje va investigando su uso, ya que obviamente, no lo conoce.
En cuanto a como es el interior de la nave, por la compuerta entras a la zona de comandos, donde se maneja la Nave, junto con su ordenador y el cristal para mirar al exterior, además de unas cuantas sillas. Dejando esa habitación, la más grande de todas, por un pasillito puedes llegar a diferentes habitaciones, cada una con una cama, una mesilla, un armario y un escritorio (con su silla); también hay un último cuarto lleno de armarios con extraños -y algunos- escalofriantes disfraces. Sólo hay dos baños en la Nave. Al final de la escalera, hay una puerta con un gran rótulo en el que pone con letra desigual "NO PASAR", y lleva a la zona de máquinas. La guía de la que hablaba Toushiro está en la sala de comandos o principal]
Re: En la taberna
[Cierro. Raven, cuando hagas el favor de pasarte, mándame un pm para confirmar tu regreso y lo abro de nuevo]
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