Entrada accidentada

Gary siguió corriendo. Ahora no le importaban las lecciones de moral, ni las demostraciones de poder... Nada que no tuviera que ver con como terminaría si aquellos Sincorazón le atrapaban. No los había contado bien y el error le iba a costar caro. Pasó como una flecha por las calles del Distrito 2 ignorando todo lo que dejaba atrás. Sólo miró atrás una vez, y se arrepintió enseguida de ello.

El pecho y las manos del joven golpearon el suelo enseguida. No llegó a ver con qué se tropezó, pero tampoco le importaba. Se levantó a prisas y corrió aún más rápido, dejando atrás a sus perseguidores al saltar un muro y caer al otro lado. A lo lejos vislumbró la entrada al Distrito Uno, y suspiró aliviado. El Distrito Uno era el único lugar de Ciudad de Paso donde no había ni un solo Sincorazón, por increíble que pareciera que sólo un 30% de una ciudad esté a salvo. Mientras Gary se puso de pies, echó de menos el tintineo metálico que le acompañaba cada vez que se levantaba. ¿Dónde diablos estaba Shien, su espada?

-Vamos, no fastidies... -se quejó, mientras miraba a ambos lados de la cintura para asegurarse de que la Katana no estaba. La llevaba hasta el momento en el que empezó a correr de los Sincorazón en la calle de atrás, de eso estaba seguro. Mientras se levantó y empezó a caminar hacia la puerta, se dedicó a hablar en voz baja sopesando el problema que ahora se le planteaba.

-Me pregunto si las hormigas esas sabrán coger espadas. A ver si encima de sucios son ladrones... Me duelen las manos de barrer el cemento, paso de volver a por ella ahora. Y va a anochecer dentro de unas horas, no creo que pueda ir hoy. Ya decía yo que hacía demasiado buen tiempo como para salir a cazar. Y ahora tengo hambre...


[FDI: No sé si está mi ficha todavía en el archivo o no xD En caso de que no esté, mandame un PM y hablamos sobre si puedo continuar, o no. Siento la cutrez del post, pero llevo sin jugar dos meses xD Ya iré cogiendo el tranquillo hasta el siguiente. ]

Las pocas personas que se atrevían a ir al Distrito 2, una o dos, te rehuían al verte corriendo, no por ti, sino por los Sincorazón que traías detrás de ti. Algunos exclamaron algo, pero nadie hizo ademán de ayudarte.
Cuando caíste los Sincorazón casi te dieron alcance, sin embargo, al saltar el muro los dejaste atrás, aun se oía cierto revuelo al otro lado.

Mientras caminabas, para tu sorpresa, alguien más saltó el muro. Era una persona relativamente mayor, la delataban las múltiples arrugas de su cara y su pelo canoso y escaso. Por sus facciones podías deducir que era oriental. Iba vestido de negro, con una ropa típica de su procedencia, en la parte izquierda del pecho llevaba dibujado un "Yin-Yan".

Al verte, sonrío, no te conocía de nada, pero se acerco, entusiasmado.

-Mila muchacho, lo acabo de encontlal tilado pol el suelo, celca de unos Sincolazón. Es una espada glandiosa.

Mientras decía estas palabras te enseño la espada, la habrías reconocido a la legua, era Shien.

- Esto coltala la calne muy bien.

Soltó una risa y se ajustó la espada a la cintura.

Varios ruidos se escucharon detrás del muro, era los Sincorazón y parecían enfadados, bastante, no iban a dejar que sus cenas escaparan tan fácilmente, ¿un muro?¿qué era eso cuando el hambre acuciaba? Nada, no era nada. El más intrépido consiguió "saltar" el muro, los demás, por el contrario lo rodearon, aunque tardaron un poco más en hacerlo, finalmente llegaron, cortando con su llegada la puerta del Distrito 1.

- Oh, oh... sígueme muchacho, yo sabel un sitio donde podel escondelnos.

Dicho esto corrió hasta una callejuela esperando que le siguieras.

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Spoiler:

El joven frunció el ceño, confuso ante su nuevo "amigo". Se había encontrado con tanta gente en el camino, y ninguno le había ayudado. Ni siquiera parecían muy preocupados... Gary resopló, algo enfadado. En ese preciso instante su estómago gruñó, recordándole el hambre que tenía.

"-Cabrones. En cuanto coma una hamburguesa les mataré a todos." -pensó para si mismo, fruto del hambre y el mal humor. Ahora debería centrarse en el problema que tenía delante. Ya torturaría civiles más tarde.

No se terminaba de tragar que un señor de tan avanzada edad había llegado tan lejos, y desarmado. Vio como el susodicho se apropiaba de su espada y decidió no decir nada. Gary cruzó los brazos y analizó al hombre de los pies a la cabeza, incluyendo la espada en su cintura. Su apariencia y su acento le delataban con demasiada facilidad... Pensó que mejor si mantenía una máscara por ahora, así que le mentiría. En el nombre, en la personalidad, en lo que estaba haciendo por allí, en todo. Al menos hasta recuperar a Shien o hasta encontrar algo con lo que defenderse caso el hombre decidiera atacarlo con su propia espada.

-Yo la vi en el suelo, pero estaba más ocupado en correr. Ya sabe usted... -afirmó, moviendo la cabeza positivamente. Se preguntaba porque el abuelo quería una espada que cortara carne si los Sincorazón ni tenían tejido. Antes de que pudiera indagar más sobre el tema, Gary abrió los ojos de par en par al ver el Sincorazón saltando el muro. Enseguida sus compañeros se unieron a él, por lo que decidió seguir el consejo del viejo y esconderse. Corrió hasta la callejuela, después de lanzar una rápida mirada al cielo y asegurarse de que todavía no había caído la noche.

-A propósito, me llamo Keith. Keith Richards. -mintió. Todavía no podía confiar en aquél tipo. Y menos desarmado.

Spoiler:

El viejo pareció no advertir tu mirada y siguió alabando la espada.

- Ooooh... fallo tuyo no cogel la glan espada, ya sabes el que lo ve plimelo se la queda. Pelo lo plimelo es lo plimelo, tu hacel bien salvendo tu vida

Te dijo señalándote un par de veces y haciendo un par de gestos más. Parecía ser un tipo confiado.

Cuando empezó a correr detrás de ti te fue dando algunas indicaciones: torcer a la izquierda, después
a la derecha... A veces te lo decía demasiado tarde y te cogía por el
hombro, intentando obligarte a tomar la dirección que él decía.
En la "semi-oscuridad" que había en los callejones, y encima corriendo, era difícil determinar a que distancia estaban los Sincorazón o cuantos eran, sin embargo, te podías fijar en sus ojos, que era lo que más resaltaba.

- ¡Aquí, aquí!

Te gritó mientras sacaba unas llaves de uno de los bolsillos del pantalón y abría una puerta, nerviosamente.
La fachada iba acorde con el dueño, del marco de la puerta salía lo que parecía ser el tejado de un templo, aunque estaba bastante mal hecho. Encima del marco se podían leer algunos caracteres típicos también de su cultura.
Dejó la puerta entre abierta, para que entraras, preparado para cerrarla en cuanto lo hicieras.

-Claro, claro. Lo primero es protegerse. - dijo Gary, mientras intentaba seguir las alocadas directrices que recibía. Gruñía en bajo cada vez que el viejo le arrastraba sin avisarle, llevándole por esas oscuras calles en las que nunca había estado.

Miró hacia atrás una vez, viendo lo lejos que estaban los puntos amarillos en el horizonte. No tuvo tiempo de observarlos mucho más, ya que un repentino giro a la derecha le sacudió la cabeza.

Paró delante de la guarida del hombre, analizando los caractéres extranjeros que poblaban el arco de entrada. ¿De dónde diablos eran? Gary entró en la casa con recelo, los puños cerrados y los ojos bien abiertos. Aunque no veía nada debido a la oscuridad, estuvo más atento a cualquier ruído o vulto que pudiera ver. Nada más entrar, se giró hacia su "salvador", buscando la espada. Si había un mínimo atisbo de Luz, Shien gritaría en la oscuridad.